Recoger un premio que no es para ti

Recoger un premio que no es para ti

Recoger un galardón que no es para ti, sino para una tercera persona que no ha podido asistir a una gala, siempre provoca sentimientos contradictorios. Por un lado quieres hacerlo lo mejor posible, para que esa persona esté debidamente representada. Por otro, quieres salir del escenario lo antes posible, pues te sientes como un farsante. En esta ocasión sustituí al representante de la editorial Anaya, galardón Letras del Mediterráneo por la novela de Espido Freire. Y no llegó la sangre al río.